Los pimientos son una verdura de origen americano,
los encuentras en todas las presentaciones: pequeños, grandes, medianos,
verdes, rojos, naranjas, amarillos, picantes, dulces, como lo quieras. ¿Qué tal
la idea de tener pimientos, sembrados en tu casa?
Lo primero que vas a necesitar son unas semillas para
sembrar asumiendo que ya cuentas con un espacio de TIERRA FERTIL.
¿Cómo conseguir las semillas?
Tienes dos maneras para hacerte de las semillas:
1) La primera es acudir a tu vivero o invernadero local y
comprar unas, en algunos puedes conseguir semillas artesanales o puedes también
conseguir semillas de sobres (son populares).
2) Compra el pimiento fresco en el mercado de tu
preferencia, córtalo, y esos restos de semillasno las tires, puedes utilizarla para conseguir el o los pimientos que deseas, te recomendamos
que las semillas que selecciones las
laves a profundidad y las dejes secar en un paño de absorbo durante unas horas.
Esta forma te garantiza conocer el origen de tus semillas sabiendo que son frescas y hay más
probabilidades de tener mayor cantidad de semillas fértiles.
Una vez que tienes las semillas de tu preferencia, te vas
a dirigir a dónde quieres sembrarlos. Con una pala pequeña o tu mano vas a
abrir pequeños huecos de no más de medio centímetro de profundidad –y con al
menos 20 centímetros de separación, parece demasiado pero si no queremos pasar
por todos los procesos de transplante que requeriría sembrarlas una cerca de la
otra, esto es lo mejor que podemos hacer– y colocarás en cada uno de ellos
la cantidad de 4 semillas (al menos el 25% de las semillas son fértiles).
Regamos la tierra una vez cada 3 días y dentro de 1 a 3
semanas ya estaremos viendo resultados. Una vez que ya comiences a ver pequeños
plántulos no es recomendable que riegues con tanta frecuencia pues puedes
“ahogar” las plantas.
Cuando ya tus plantas tengan al menos dos meses de edad,
lo primero que debes hacer es sentirte orgulloso porque han sobrevivido la
primera etapa crítica, y lo segundo que debes hacer es fijarte de la presencia
de flores -el color de las flores variará según el tipo de pimiento que hayas
sembrado-.
Una vez que le nacieron flores te recomiendo darle mucho
amor a tu planta. No te asustes si tu planta tiene abejas cerca, son las
mejores amigas de la fertilización de pimientos.
Un tiempo después tus flores se convertirán en frutos, y
los verás crecer. Mi recomendación es que cortes (no arranques) los frutos
cuando aún están verdes (con los pimientos verdes es difícil decir si están
verdes o maduros, pero son más oscuros cuando están maduros) así propiciarás el
crecimiento de más frutos.
Es importante mantener la tierra de tu pimiento en
una condición ideal para la planta, ni muy húmeda, ni muy seca. No permitir que
reciba mucho sol, pero tampoco puedes tenerla a la sombra. Evita que reciban
temperaturas muy bajas (menores de 15°C pues esto quema las plantas). Mantén
las plagas como moscas y caracoles al límite de tus plantas, porque devoran
todo a su paso.
Y después de unos meses ya puedes consumir ricos
pimientos, producidos en casa, por tus propias manos y con todo el esfuerzo que
le pusiste. Sabes qué es lo que estás comiendo, libre de químicos y con mucho
amor.
La fuente de este post, ha sido tomada de
Viviendo en la Pradera.
Para más información visiten el blog de
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